

La noche está tranquila
pero sería una buena noche
para bajar a los políticos
los militares y la policía
del burro.
Hacer saltar todas las cerraduras
-sí, también las del cerebro,
las de las cárceles-
Entrar en los bancos
y quemar allí mismo todo el dinero del mundo
-como hicieron los abuelos
en Vía Layetana,
hace años,
firmemente convencidos
de haber pasado página a la Historia-
Reunirse después en la plaza
para abolir los pronombres posesivos.
A ver quién da más
y quién pide menos.
Romper todas las cadenas
-también las invisibles
y las de oro-.
Hacer del hambre
y los ojos tristes un recuerdo del pasado.
En fin,
no olvides,
ya sabes,
hermosas cosas por hacer
en una noche tranquila
como ésta.
Bravo! Hermoso poema. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarSalud!
En eso deberiamos estar, cambiando lo mío por lo nuestro, en este sencillo concepto está el ser o no ser humanos.
ResponderEliminarUn gran poema de Antonio Orihuela mi querido Vicent.
Un abrazo, Antonio.